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Haces natación... y te duele el hombro

Si aparece este problema y no se trata, puede ser altamente incapacitante

No descubrimos nada si decimos que la natación es un magnífico ejercicio de bajo impacto, que entrena todo el cuerpo, y puede practicarse durante toda la vida con independencia de la situación física. De hecho, os recomendamos practicarla tanto como sea posible cuando no existe contraindicación.


Pero como todo ejercicio, es necesario realizarlo adecuadamente para evitar o al menos minimizar el riesgo de una lesión: para que este ejercicio sea 100% beneficioso, es importante dominar la técnica (movimiento correcto, fuerza adecuada, mejorar la respiración, controlar la rotación de la espalda, ...), sea cual sea la modalidad que se elija.


No es complicado, solo hace falta interiorizar desde el principio la técnica correcta para practicarlo, y luego disfrutarlo y beneficiarse de él.


LA LESIÓN


El problema más habitual es notar dolor en el hombro, muy por delante del cuello y la espalda, generado (recordemos que es un movimiento repetitivo) entre otras causas por:

  • postura pobre (puede verse influida por una mala postura habitual)

  • mal arco de trazada

  • colocación incorrecta de la mano al entrar en el agua, ya que su posición afecta a la mecánica del hombro

  • balanceo del cuerpo insuficiente

  • calentamiento/recuperación inadecuados

  • condición física/muscular incompatible con un sobreesfuerzo (hacerse 10 piscinas el primer día, por ejemplo)

  • cambios genéticos individuales que impidan una correcta biomecánica

Este dolor, que puede ir acompañado de cierta inflamación, inestabilidad en la zona y una disminución del rango de movimiento, identifica una lesión conocida, precisamente, como “hombro de nadador”. Es un tipo de tendinopatía que suele afectar, casi siempre, al “manguito rotador”, una zona que ya os hemos descrito en nuestro blog.


PREVENIRLA


Para evitarlo en lo posible, además de aprender y practicar la técnica correcta, y procurar fortalecer el manguito con ejercicios adecuados, es importante:

  • evitar una tensión repetida en la zona y la sobreutilización de las mismas articulaciones (ve cambiado de modalidad para utilizar las articulaciones de diferente manera y darles “respiro”, por ejemplo)

  • hacer descansos si notas alguna zona cargada o márcate x series para parar un rato (agárrate a la escalerilla y haz pedaleo lento)

  • estirar y calentar adecuadamente las articulaciones y músculos antes de empezar a nadar, y volver a la calma también de forma adecuada, con movimientos funcionales y progresivos y estiramientos suaves

  • ponerse metas adecuadas a la propia capacidad


CÓMO TE AYUDAMOS

Si aparece este problema y no se trata, puede ser altamente incapacitante para la rutina diaria y provocar una lesión que finalmente requiera terapéutica más invasiva e incluso quirúrgica.


Después de valorar exactamente tu problema, nuestro equipo va a ayudarte con masoterapia, ejercicios terapéuticos, un entrenamiento específico de fuerza y de estabilización de articulaciones para tu caso concreto y tecnología moderna para la disminución del dolor y la recuperación musculoesquelética.


Te ayudaremos a progresar y también mejoraremos la movilidad, extensión y alineación de tu columna, y la estabilidad escapular.

Si tienes dolor de hombro (aunque no hagas natación), pide cita con nosotros e inicia una rehabilitación a tiempo para evitar la cirugía y recuperar tu capacidad física.

Llámanos al 925 81 07 22. Cuidamos de ti para que puedas recuperar tu día a día




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