Al final de su tratamiento, el paciente ha mejorado de manera sustancial
Recibimos a un paciente con dos hernias lumbares que le provocan un dolor serio a la altura de las crestas ilíacas. El dolor, a veces acompañado de entumecimiento, desciende por la parte posterior de la pierna y llega hasta el talón y la misma planta del pie, complicándole mucho la actividad diaria.
Sin factores de riesgo añadidos (no fuma, mantiene un peso correcto y sin antecedentes familiares), el origen es de tipo miofascial secundario a las disfunciones músculoesqueléticas que aumentan la presión sobre el disco intervertebral y éste sobre las estructuras nerviosas del nervio ciático (lumbociática).
Parece estar directamente relacionado con su trabajo como conductor y una postura incorrecta mantenida en el tiempo.
SU TRATAMIENTO
Durante la diez sesiones de tratamiento prescritas por el médico de su compañía, hemos trabajado la zona manualmente con el objetivo de disminuir el dolor y aliviar la tensión de la musculatura involucrada.
Este tratamiento se ha acompañado de ejercicio terapéutico progresivo para fortalecer el CORE y en general la zona lumbar, termoteparia y tens analgésico.
El ejercicio terapéutico es parte fundamental de su recuperación y prevención para evitar complicaciones que lleven a futuras cirugías.
Le hemos indicado además una corrección de la postura mientras conduce, para que disminuya la presión sobre la columna durante esas horas que pasa sentado al volante, y mantenga la mejor alineación posible.
Al final de su tratamiento, el paciente ha mejorado de manera sustancial, con una reducción del dolor y mayor fuerza muscular, lo que le ha ayudado a reducir también las molestias que tenía para desarrollar su actividad diaria.